Caminando por los senderos del destino miro miles de rostros, en cada uno de ellos te encuentro, te miro en la lluvia que refresca los campos, en las estrellas miro tu sonrisa brillante que iluminan una noche de verano, en los ríos veo lo salvaje de su aguas, así eres tú, fuerte incontrolable solo se te puede admirar no se te puede detener, cada paso, cada respiro, pensamiento estas presente, abro mis ojos estas frente a mí, la voz queda sumida en el silencio, se apaga mi voz por miedo, no se a que le tengo temor, todo queda en un hola, adiós, los sentimientos duermen en medio de la tormenta de mi alma.
Porque ese miedo a expresar lo que está en mi corazón, porque callar todo esto, podría ser que tengo miedo mostrarte lo que soy, a mostrarte mi mundo temor a ser las timado miedo a que mi mundo no sea de tu agrado, que le tengas miedo a descubrir lo que soy.
Miro tus ojos hay una luz brillan por mí, pero no te atreves a decirme nada, al igual que yo el miedo invade nuestras vidas los sentimientos quedan mudos las palabras mueren en la garganta, cruzamos nuestras miradas se pierden en el vacio de nuestros temores, los pensamientos quedan suspendidos en una interminable cadena de soledad, cada sentimiento, palabra, suspiro quedan plasmados en nuestras almas lastimándola dejando una marca de dolor, cada día el silencio nos aleja, hace que nuestros caminos se pierdan, nos damos cuenta de ello pero callamos lo que sentimos.
El horizonte solo es una ilusión de un par de enamorados en silencio que permiten que sus vidas queden marcadas por la ausencia y el dolor, dejamos que el silencio aleje nuestros pasos, dejamos que la luz que guía nuestro camino al corazón se apague, no sé porque lo permitimos y enfrentamos esto que sentimos pero tan solo lo callamos.
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