Todo el día tan solo con un café, observando por la ventana
la vida ha pasado, no ha dejado su huella, ni la lagrimas ya tienen sabor, todo
ha quedado suspendido en el tiempo en el olvido, las horas pasan no hay
diferencia entre el día y la noche, los recuerdos se han perdido, gota a gota
en el silencio de la vida, temor un
poco, no sé qué sucederá después de esta palabras, una despedida no, tal vez
no, solo es la soledad y la nostalgia brotando por cada poro, que será de mí no
lo sé aun no descubro el porque la vida solo pasa de lado, el amor se ha
perdido entre sueños e ilusiones .
Estoy aquí intentado comprender el porque de mi vida aun no
encuentro respuesta, solo me quedo con mis aviones de papel, algunos dirán que
muero lentamente en cada palabra, se que aun no estoy muerto, pero tampoco me
siento vivo, todo ha muerto los sueños suspiros, ya no siento los latidos del
corazón, este café sabe a dolor, no
entiendo, intento mentir al corazón tal vez así pueda sonreír, salto al vacío
una y mil ves quedo suspendido entre preguntas sin respuesta, ya olvide como
rezar al cielo, no tengo un faro, estoy en la tormenta dejándome llevar ya no
existe mas la sonrisa que una vez me acompaño, que mas da si ya no existe un
buen amanecer, todo se ha vuelto dolor ese mismo que me dice estas vivo, duele
al respirar, las promesas están perdidas se han fugado con el tiempo.
Pasan las horas los recuerdos atormentan cada suspiro, la
muerte parece tan real, es una sonrisa hermosa dulce, que desea abrazarme así
descasar de todo este dolor, como llenar este vacío, ese mismo que parce una
eterna tormenta que amenaza con destruir ese mundo que ahora no parece tan
real, este el castigo de un dios cruel que me herido, si me dieran a escoger no
escogería volver a nacer, desearía ser un suspiro efímero que desaparece en
medio del silencio.
Un café que sabe a soledad y dolor, quedo en medio del silencio
vagando entre pensamientos preguntas sin respuestas, estoy aquí mirando pasar
las horas que será de mí, parece el final de un poeta sin musa, sin inspiración
que ha perdido su batalla, como testigo quedan estas febriles letras, no queda más
que un café, soledad y un poco de dolor.