Ella una flor de otoño ha entregado su juventud a sus seres amados, con fe y esperanza sin esperar nada a cambio más que la satisfacción de ver a sus seres queridos con una sonrisa en el alma, son tantos atardeceres que han visto morir, cuantos suspiros ajenos ella guardo en su corazón olvidando que los suyos morían en su propio olvido, mira las estrellas en su mente nacen pensamientos, de aquel tiempo que ya no volverá, se fue con el viento, no existe el arrepentimiento de ese tiempo que dedico a otros, sin pensar en ella y los suspiros del alma.
Ella camina orgullosa por su pasado, una dama entrego sin temor, el corazón sin condiciones, las razones su mayor tesoro, cuantas noches sus lágrimas inundaron su corazón en la soledad de su habitación, nadie se dio cuenta, aquella dama entrego sus metas y sueños en el altar del sacrificio por los demás, ella es una dulce poesía escondida en el pasado del silencio.
Ahora renace una luz, desea volver a sentir a vivir, en su mirada se ve un brillo, en su piel el fuego de mujer, en ella está vivo el deseo de volver a soñar, sonreír a ese nuevo atardecer, con la esperanza de un bello amanecer, algunos dicen que su tiempo ha pasado ya, pero quien aun respira y sueña no ha pasado su tiempo, le dicen loca por querer vivir en un mundo de cuerdos llenos de temor por vivir.
Ella una dama de otoño con las manos vacías, con su mirada puesta en ese horizonte que una vez olvido.
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